lunes, 6 de mayo de 2024

RESUMEN FOTOPASEUCO FINCA MARQUES DE VALDECILLA

 La destartalada carreta de madera de pino traqueteaba al pasar por los sinuosos caminos de la campiña de Aguacate, y ese singular sonido retumbaba entre las cabañas diseminadas por las amplias llanuras, cubiertas todas de enormes plantaciones de caña de azúcar. El “Yoyo”, un hombre alto de pelo blanquecino y piel oscura, observaba los cañaverales que le rodeaban desde lo alto de su carreta, ensimismado en sus pensamientos que le llevaban a recordar al “Montañés”. Así era conocido Don Ramón Pelayo de la Torriente, originario de España, más concretamente de Valdecilla, una localidad perteneciente al municipio de Medio Cudeyo, en Cantabria. El Yoyo recordaba cómo el “Montañés” había aumentado la producción de melaza como nunca antes se había conocido, pero sobre todo recordaba lo bien que le trataba a él y al resto de guajiros.

Por un momento cerró los ojos… “Yoyo, despierta, ¡qué vas a llevar a alguien por delante!”, le espetó en tono amable, Ramón Pelayo, “¡y ve con cuidado por estos caminos!”, añadió. Así, continuaron el trayecto sin llegar a imaginar que aquel hombrecillo ataviado con traje y sombrero típico de la época se convertiría en ilustre de Cantabria, ostentando el título nobiliario de Marqués de Valdecilla y grande de España.

Un siglo después, a las diez de la mañana de un mes de abril, un grupo de amigos nos encontrábamos frente al que antaño fuera su casa y que en la actualidad se conoce como la “Finca Museo del Marqués de Valdecilla”, localizada en Valdecilla, en el municipio de Medio Cudeyo.

Éramos los socios y amigos de la Asociación Fotográfica “Rincones de Cantabria”, quienes íbamos a dar comienzo un “FotoPaseuco” muy especial, visitando la finca y el interior de algunas de las casas que forman tan singular espacio.

A las 10:30 nos recibieron nuestras guías Pilar y Valeria en la “Casa Blanca”, vivienda de Don Ramón Pelayo de la Torriente, la cual está rehabilitada y ha sido convertida en casa museo. Después de visionar un corto audiovisual que recreaba la historia de Don Ramón, su familia y el lugar, visitamos el museo con recreaciones diversas y una prolija información de sus obras filantrópicas, como los diversos inmuebles, colegios, y un largo etcétera. Resaltar su financiación de las instalaciones de lo que hoy se conoce como Hospital Marqués de Valdecilla, así como del instrumental más innovador y de la contratación de los médicos de más prestigio de la época.

Posteriormente, visitamos las casas que forman parte del complejo museístico, “La Casuca”, que fue la vivienda de María Luisa Gómez Pelayo, sobrina del marqués y heredera de su fortuna y del título de Marquesa de Pelayo y “San Rafael”, que fue la casa de los invitados de Ramón Pelayo de la Torriente y por ella pasaron diferentes personalidades de la época, entre los que destaca el rey Alfonso XIII. Dentro de ellas nos sumergimos en el esplendor de los albores del siglo XX gracias a la decoración y conservación de las viviendas. Resaltar los notorios avances para la época que con los que contaba las casas, como, por ejemplo, agua caliente, bidet, teléfonos, calefacción, etc.

Finalizada las visitas, nos fuimos diseminando por la finca en busca de la foto perfecta en un paraje con vistas espectaculares. Acercándose las 13:15 fuimos saliendo poco a poco de la finca para dirigirnos a la iglesia de Santa María de Cudeyo, situada en el alto de Valdecilla, la cual amablemente Asún nos dejó visitar y fotografiar.

A las 14:30 fuimos ocupando mesa en la posada “El Hidalgo de Mingucho”, donde Inma nos tenía preparado un espectacular cocido montañés, con su compango, y fue imposible no repetir de tan rico manjar que rematamos con un dulce postre, café, y chupito a gusto de cada uno. El ambiente en la comida, el de siempre: risas, charloteo diverso, y bromas que fueron un digno complemento ante tantos suculentos platos.

Sobre las 16:30, aproximadamente, estábamos de regreso en el recinto de la finca museo. Allí nos estaban esperando los/as amigos/as de la “Academia Trajes de Época María José Mínguez” ataviados con trajes de época (principios de siglo XX) que eran auténticas obras de arte, con un realismo y calidad dignos de relevancia, y confeccionados en la academia de costura que dirige María José. El grupo formado por María Ángeles, Zoraida, José Luis, Dona, Cristina, Irene, Pedro, Marity, Carmen, Elías y María José, hicieron de modelos para nuestras cámaras que, junto al entorno arquitectónico del lugar, nos retrotrajeron a los primeros años del siglo pasado. A todos/as ellos/as, muchísimas gracias por su paciencia que fue enorme (los fotógrafos somos muy pesados entre posturas y poses, agotamos a los modelos) y por la amabilidad de la que hicieron gala en todo momento.

Sobre las 19:00 comenzaron las despedidas, abrazos, y deseos de repetir la jornada en otra ocasión.

Agradecer también desde la Asociación a Ana Cagigas, técnico de Patrimonio del Ayuntamiento, por el apoyo y todas las facilidades dadas para llevar a cabo esta actividad; a Pilar y Valeria por las explicaciones y la atención que nos mostraron a lo largo de toda la jornada, a Inma de la “Posada del Hidalgo de Mingucho” por la amabilidad y su buen hacer en la cocina, y por supuesto a todos los asistentes por el buen ambiente generado durante toda la jornada. GRACIAS.

A los que no pudisteis acompañarnos, os esperamos en el próximo “FotoPaseuco”. 

 



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